Exclusivo para Revista Luxus – por Mar Turquet Smith.
Dicen que hay voces que nacen para quedarse. Y hay otras, como la de Gabriel Franchelli, que nacen para transformar. Para conectar. Para recordarnos que el arte, cuando es honesto, se siente como un abrazo. Así fue su aparición en La Voz Argentina, el reality de Telefe que no solo elige a un ganador, sino que consagra a quienes se atreven a soñar en voz alta.
Gabriel no lo hizo por fama. Lo hizo por el fuego que le quema adentro desde chico. Por ese deseo de cantarle a la vida, incluso cuando duele. En esta entrevista íntima con Revista Luxus, el joven que ya forma parte del Team Lali, nos cuenta su historia sin filtros, con emoción y verdad.
“Soy un pibe simple: de barrio. Amo estar con mis amigos, con mis perros, tomar mates y
cantar”, dice entre risas. Porque sí, Gabriel es amiguero, familiero, peluquero canino, un
callejero de alma. Sus perros, sus grandes compañeros, lo esperan cada día como si volvieran a
encontrarse por primera vez.
Cuando pisó el escenario por primera vez, sintió todo: miedo, adrenalina, gratitud, esperanza. Y cuando Lali Espósito giró su silla, confirmo que estaba en el camino correcto. “La elegí a ella porque es una artista completa: baila, canta, es una actriz completa”, cuenta con admiración. Ahora forma parte de su equipo y confiesa que la conexión entre ambos fue instantánea: “Nos entendimos desde el primer momento. Lali te ve, te escucha, te hace sentir importante. Y eso es oro”.
Su infancia fue atravesada por el arte, pero también por la vida misma, que no siempre fue fácil. “A veces no tenía escenario, pero cantaba igual. En la ducha, en la plaza, en la cocina de casa. Yo cantaba porque esa es mi pasión”, recuerda. Su música está cargada de emoción, porque él es así: sensible, transparente, cercano.
Entre sus referentes su pasión esta en el Gospel como Marcos witt, Marcos Vidal, Danilo Montero, Lilly Goodman entre otros y en lo popular Noel Schajris, Whitney Houston los más fuertes, según sus propias palabras.
Hoy, Gabriel, deslumbra: las redes lo celebran, el público lo aplaude, y su nombre empieza a sonar con fuerza como uno de los favoritos del certamen. Pero no se la cree. “No me cambia. Sigo siendo el de siempre. El que canta desde el alma, el que se emociona con un mensaje de aliento, el que se ríe fuerte con los amigos”.
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